EL
ALMUERZO DE JUANITO
Los gritos se oían a través de la ventana de la cocina.
Cuando salí al patio escuché que las voces venían de la casa de al lado pero no
podía ver nada por el muro medianero. Otras vecinas se habían asomado a las
ventanas de los pisos superiores. Desde el segundo piso Doña María empezó a
chillar también… Siempre estamos igual Juanito, no puedes decir esas
palabrotas, los niños no deben escuchar esas barbaridades… ¡Y Por favor vístete
para freír huevos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario