jueves, 19 de marzo de 2015

CASA






Volcamos todas nuestras energías en conseguirla porque sabemos que con ella llegará la total satisfacción. Es sabido, tener casa propia es pertenecer a otro nivel. Invertir en una casa es garantía de que eres alguien porque tienes algo que te sobrevivirá, algo que dejar a tus hijos, dueño del suelo donde pisas… y por todo ello nos hipotecamos por treinta, cuarenta o cincuenta años lo que implica que dejamos de ser dueños de nuestra vida porque le pertenecemos al banco. 

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