Te buscas en los bolsillos desesperadamente para encontrar,
un papel… no llevo hoy la libreta. Una servilleta del bar puede valer pero el
boli no escribe… aprieto fuerte para que la maldita bola gire y libere su
sangre negra… se rompe la servilleta… La antigua solución… pintar en la suela
del zapato. Vaya no funciona...La gran idea sigue ahí… Te acercas a la barra y pides
un café, un boli, papel y cuando por fin tienes todo… las musas huyeron.
Esto es una prueba
ResponderEliminarDesgreñado y sonriente, pasea sus días por la playa de Buzios. Todos le conocen. Con todos habla. Nadie sabe de dónde vino, su edad, su historia... Pero cada mañana ondea su cuerpo moreno aún fuerte, su risa contagiosa y sus bellas palabras por la orilla de un mar que es música. Solo palabras, solo poesía…que más de una turista se llevó enganchadas a su piel y calentaron las frías tardes de invierno de una ciudad sin mar.
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