NIEVE
Era tan pequeña que no puedo recordar más que fugaces
fragmentos de aquel día, todos los niños acumulando nieve con palas y cubos de
juguete, buscando en las zonas donde estaba más limpia. Mi padre y mi madre
dando forma a un muñeco gigante. No le faltaba detalle, nariz de zanahoria,
bufanda, gafas, sombrero y una escoba en sus molletudos brazos. Todos arrojando
bolas de nieve, las manos heladas, las narices moqueantes, risas de niños y
adultos.
De recuerdo una foto en blanco y negro que siempre me hace sonreír.
Martín se aburre en el cole…. Los psicólogos le hacen tests y preguntas. Su madre piensa que es difícil definir la continua sorpresa de una mente infantil. Y, mientras, la clase de mates es eterna. Tres semanas con la tabla del tres, que él se sabe desde el primer día. Por eso, mientras tanto, Martín se sueña recorriendo las blancas cumbres de los Andes. La profe pregunta:
ResponderEliminar-¡Juan! ¿Tres por una?
- ¡Tres!
- Luis, ¿tres por dos?
- ¡Seis!
- Martín,¿Tres por tres?
- ¡¡NIEVE!!
PAISAJE LUMINOSO EN EL TENUE RECUERDO
ResponderEliminarDesperté, la luz era distinta. La ilusión y el deseo espontáneo aceleró mi pulso. Por las aberturas de las cortinas se filtraba un brillo inusual que me invitaba a levantarme corriendo. Sin embargo me tomé mi tiempo. Despacio deslicé mis pasos hacia la ventana.
Poco a poco, pacientemente segura del espectáculo, fui desnudando la mañana. Se me presentó calladamente silenciosa, sutilmente eterna. La lentitud sorda descendiendo sigilosamente sobre el mullido y resplandeciente manto, me envolvió en una insólita espiritual armonía.
EL MUÑECO.
ResponderEliminarLas primeras gotas de lluvia van disolviendo su cuerpo, y se irá fundiendo poco a poco. El padre lo mira a través de la ventana con melancolía. Recuerda los gritos de sus dos hijos, y su entusiasmo, mientras lo creaban. Y allí quedo, como testigo de unas navidades que no volveran. Habrá otras, pero sus hijos crecen, y esos momentos compartidos, llenos de infantil alegría, se van con la nieve que se derrite.
Desde el álgido suelo
ResponderEliminarque cobija inhóspito mis pies
empiezo a labrar
un nuevo rumbo.
La nieve cubre mi destino
silenciando viejas huellas
que pudieran confundirme,
dejando en blanco el futuro
que me aleja de ti
y me acerca a mí misma,
convirtiendo
mi capacidad incierta
en virtud real y factible.
Sé que puedo ser lo que soñé,
alcanzar lo que pretendí
mientras tú me cercabas el alma,
reflectar la luz
que quisiste apagar.
Hoy brillo renovada,
cálida y limpia,
aunque mi corazón
se torna gélido
si pienso en ti, si te añoro,
tan gélido como la nieve
que cubre mis zapatos
bajo esta fría y oscura
noche de Abril.
NIEVE
ResponderEliminarEs tan hermosa que cuesta ver su lado cruel, pero cuando te encuentras en una montaña sin refugio y empiezan a azotarte con fuerza minúsculos cristales en la cara hasta impedirte abrir los ojos. Cuando las orejas, las manos y los pies sufren un dolor lacerante e inmisericorde. Cuando todo a tu alrededor es cruel blancura y nada te ayuda a orientarte porque no puedes ni distinguir el cielo del suelo. Sólo te queda rezar porque venga ayuda.