domingo, 24 de febrero de 2013

LAS NUEVE MENOS CUARTO




Miras el reloj, las nueve menos cuarto… ya es la hora. Terminas de leer el último relato del blog. Tema de la semana próxima?. Enviar correo al grupo con el tema, el poema y la página a leer. Cerrar todos los programas. Desconectar el ordenador. Se abre la puerta y aparece la bibliotecaria que empieza a cerrar persianas. Corre, corre, corre despide a la gente. Últimos saludos ya en la puerta… ha terminado otra sesión del club de lectura.

4 comentarios:

  1. Cada día
    A las seis despierta cada día la vida en el Rick’s café; su dueño no ha olvidado Casablanca. Cada día a esa hora Elena se coloca el delantal y la sonrisa y comienza a trajinar. Cada día, a las nueve menos cuarto, llega ese hombre taciturno y de ojos abisales y pide su café cortado con leche fría, porque le gusta tomarlo deprisa. Y cada día Elena se lo sirve con la leche hirviendo, para disfrutar un ratito más de su presencia. Porque sueña que, algún día, podrá disfrutarlo no un ratito, sino siempre.

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  2. El tiempo y Don Cosme
    Ana escribe ahora en su nuevo hogar del Pirineo. Un hogar de montañas, silencio, cafés humeantes... eso necesitaba. La vida, a veces circular, le ha traído de vuelta a la aldea de su infancia, después de una década trepidante en Nueva York y de un divorcio. Cosme es aquí su único reloj. A las nueve menos cuarto le saluda puntualmente cada día de camino al cementerio, donde va a charlar con María, su mujer. Siempre su traje impecable, una flor, y su sonrisa nonagenaria, ya sin dientes, aún con luz.

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  3. LA MEDIDA DEL TIEMPO

    Una vez más Santiago lee la nota "A las nueve menos cuarto junto a la fuente". Se enoja porque ella sabe que no usa reloj. Rige su vida por la rutina diaria: las campanas repicando a misa primera, el autocar de línea que pasa cada día ante su puerta, los niños saliendo de la escuela... Risueña María se le acerca y le da un paquetito: ¡felicidades cariño! Sorprendido lo mira y lo acerca a la oreja. Asombrado escucha: "tictac, tictac..."

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  4. LA NOTICIA

    Sabía que todas las mañanas sobre las nueve menos cuarto desayunaba en aquella cafetería. Tenía que comunicarle sin más demora la noticia que cambiaría sus vidas para siempre. Aún era temprano, pidió un cortado. Hojeando el periódico, una imagen llamó su atención. Al pie de una foto que le era familiar, nervioso leyó: "Joven fallecida en trágico accidente ocurrido ayer a las nueve menos cuarto de la noche". Un intenso dolor atravesó su corazón y calló al suelo sin respiración.

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