GRACIAS
Hoy me siento fraternal y quiero dar las gracias a mi madre,
por todo, por su sentido de la justicia que es en realidad muy injusto pero
útil para mantener la tranquilidad en la familia, por sus desvelos y trabajos
para sacarnos adelante. Por escucharme cuando le planteo esos royos ya sean de
amoríos, hombres, amigas o hijos. Por esa sonrisa de “a mí me lo vas a contar”
que hace que relativice los problemas que me abruman.
Un niño despierto y alegre, el menor de cinco hermanos varones. Una madre que enviuda precozmente y se enfrenta a una enfermedad severa. Una vecina la acompaña, la impulsa a salir por la ciudad grande y deslumbrante durante años hasta la recaida fatal. Un chico inteligente y bueno observa. Pasan años. Una vecina anciana cuyos familiares quieren enviar al pueblo. Un hombre sensible permite que siga en su hogar hasta el final al comprar las dos casas pues siente………….. agradecimiento.
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarNos quisimos sin más y aún nos queremos. Compartimos las vidas que entonces estallaban. Más tarde cada uno eligió su camino, y con él su destino. Vivimos en lugares bien lejanos del globo; trabajamos y hablamos diferente. Tus montañas, inmensas, darían sombra a mi mar… pero cuando la vida nos pone del revés y nos agita, cuando algo rompe dentro y tanto duele…aparece tu rostro en mi pantalla, tu alma en la mía, curando las heridas con preciosas palabras. Un viejo e inmenso amigo, que se asoma a mi abismo, y me rescata. …gracias
El templo del loto
ResponderEliminarPor la vida, por la risa, por el llanto o las palabras, por el amigo o el hermano, por la luz y el anochecer… siempre hay cosas que agradecer. Pero no todos saben a quién, o no tienen claro como llamarle. En 1986 se construyó en Nueva Delhi el Templo del Loto, casa de adoración Bahai, donde cada uno puede rezar a su dios o a sus dioses. Es el templo madre del subcontinente indio abierto a todas las religiones, a todos los que tienen algo que agradecer. No importa a quien.