viernes, 7 de noviembre de 2014

BEBE





BEBE

Descorcho un Berberana, nada del otro mundo, cuatro euros la botella. Le doy la copa y me mira como si llevara un moco verde pegado a la nariz. Pensé, ya le he cagado, tendría que haber abierto el Montecillo de nueve euros.
Se pone a llorar y sin siquiera probar el vino se me echa encima y me echó el polvazo de mi vida.
Yo que creía que era una chica de las difíciles y en una semana… la hostia.

Soy el tío más confundido del mundo.

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